MÚSCULO CARDÍACO EL CORAZÓN COMO BOMBA.


A partir de este capítulo comenzamos a estudiar el corazón y el aparato circulatorio. El corazón que se muestra en la figura está formado en realidad por dos bombas separadas: un corazón derecho, que bombea sangre a los pulmones, y un corazón izquierdo, que bombea sangre a los órganos periféricos.

Fisiología del músculo cardíaco
El corazón está compuesto por tres tipos principales de músculo cardíaco (miocardio): músculo auricular, músculo ventricular y las fibras musculares excitadoras y conductoras especializadas.
Los tipos de músculo auricular y ventricular se contraen en gran medida de la misma manera que el músculo esquelético, con la diferencia de que la duración de la contracción es mucho mayor. Por el contrario, las fibras excitadoras y conductoras especializadas se contraen solo débilmente debido a que contiene pocas fibrillas contráctiles; en lugar de ello, muestran ritmo y diversas velocidades de conducción, proporcionando un sistema de estimulación cardíaca que controla el latido rítmico.

Anatomía fisiológica del músculo cardíaco.
La figura 1-2 presenta una imagen histológica típica del músculo cardíaco, que muestra las fibras cardíacas dispuestas en un enrejado, con fibras que se dividen, se reúnen y se vuelven a separar. Se observa inmediatamente en esta figura que el músculo cardíaco es estriado, de la misma manera que el músculo esquelético típico. Además, el músculo cardíaco tiene miofibrillas típicas que contienen filamentos de actina y de miosina casi idénticos a los del músculo esquelético, y estos filamentos se interdigitan y se desplazan unos a lo largo de los otros, de la misma manera que el músculo esquelético. En otros aspectos, el músculo cardíaco es, como veremos bastante diferente del músculo esquelético.

El músculo cardíaco como sincitio.
Las áreas oscuras que las fibras musculares cardíacas en la figura 1-2 se denominan discos intercalares; se trata realmente de membranas celulares que separan entre si las células musculares cardíacas individuales. Es decir, las fibras musculares cardíacas están compuestas por muchas células individuales conectadas en serie entre sí. Sin embargo, la resistencia eléctrica que ejercen los discos intercalares es tan solo 1/400
la resistencia que opone la membrana externa de la fibra muscular cardíaca, debido a que las membranas celulares se fusionan unas con otras de manera que forman uniones permeables comunicantes que permiten una difusión casi totalmente libre de los iones. Por tanto, desde el punto de vista funcional, los iones se mueven con facilidad en el fluido intracelular a lo largo de los ejes longitudinales de las fibras musculares cardíacas, de forma que los potenciales de acción viajan de una célula miocárdica a la siguiente, a través de los discos intercalares, con escasos obstáculos.


El corazón se compone en realidad de dos sincitios: el sincitio auricular, que constituye las paredes de las dos aurículas, y el sincitio ventricular, que constituyen las paredes de los dos ventrículos. Las aurículas están separadas de los ventrículos por el tejido fibroso que rodea las aberturas valvulares –auriculoventriculares- que existen entre las aurículas y los ventrículos. En condiciones normales, este tejido fibroso no permite la conducción directa de los potenciales del sincitio auricular al ventricular. Al contrario, los potenciales de acción sólo pueden pasar a través de un sistema de conducción especializado, el haz auriculoventricular A-V, un haz de fibras de conducción de varios milímetros de diámetro. Esta división de la masa muscular cardíaca en dos sincitios funcionales permite que las aurículas se contraigan un poco antes de los ventrículos, lo que tiene importancia para la efectividad como bomba cardíaca. 

Potenciales de acción en el músculo cardíaco
El potencial de acción que se registra en una fibra muscular ventricular, que se muestra en la figura 9-3, es en promedio de aproximadamente 105 mV, lo que significa que el potencial intracelular aumenta desde un valor muy negativo, de aproximadamente –85 mV, entre los latidos hasta un valor ligeramente positivo, de aproximadamente +20 mV, durante cada latido. Después de la espiga inicial la membrana permanece despolarizada durante aproximadamente 0,2 s, mostrando una meseta, seguida al final de la meseta de una repolarización súbita. La presencia de esta meseta del potencial de acción ha- ce que la contracción ventricular dure hasta 15 veces más en el músculo cardíaco que en el músculo esquelético.

 ¿Qué produce el potencial de acción prolongado y la meseta?
     Al menos dos diferencias importantes entre las propiedades de la membrana del músculo cardíaco y esquelético son responsables del potencial de acción prolongado y de la meseta del músculo cardíaco.
Mientras en el musculo esquelético el potencial de acción está producido por canales rápidos de sodio.
En el músculo cardíaco, el potencial de acción está producido por la apertura de dos tipos de canales:
1) Los mismos canales rápidos de sodio activados por el voltaje que en el músculo esquelético.
2) Otra población totalmente distinta de canales de calcio de tipo L (canales lentos de calcio), que también se denominan canales de calcio-sodio. Esta segunda población de canales difiere de los canales rápidos de sodio en que se abren con mayor lentitud y, lo que es incluso más importante, permanecen abiertos durante varias décimas de segundo. Durante este tiempo fluye una gran cantidad de iones tanto calcio como sodio a través de estos canales hacia el interior de la fibra muscular cardíaca, y esta actividad mantiene un período prolongado de despolarización, dando lugar a la meseta del potencial de acción. Además, los iones calcio que entran durante esta fase de meseta activan el proceso contráctil del músculo, mientras que los iones calcio que producen la contracción del músculo esquelético proceden del retículo sarcoplásmico intracelular.

La segunda diferencia funcional importante entre el músculo cardíaco y el músculo esquelético que ayuda a explicar tanto el potencial de acción prolongado como su meseta es la siguiente: inmediatamente después del inicio del potencial de acción, la permeabilidad de la membrana del músculo cardíaco a los iones potasio disminuye aproximadamente cinco veces, un efecto que no aparece en el músculo esquelético.

Fases del potencial de acción del músculo cardíaco,

*Fase 0 (despolarización): los canales de sodio rápidos se abren cuando la célula cardíaca es estimulada y se despolariza, el potencial de membrana se hace más positivo. Los canales de sodio activados por el voltaje (canales de sodio rápidos) se abren y permiten que el sodio circule rápidamente hacia el interior de la célula y la despolarice. El potencial de membrana alcanza +20 mV aproximadamente antes de que los canales de sodio se cierren.
Fase 1 (repolarización inicial): los canales de sodio rápidos se cierran, los canales de sodio se cierran, la célula empieza a repolarizarse y los iones potasio salen de la célula a través de los canales de potasio.
Fase 2 (meseta): los canales de calcio se abren y los canales de potasio rápidos se cierran, tiene lugar una breve repolarización inicial y el potencial de acción alcanza una meseta como consecuencia de:
 1) una mayor permeabilidad a los iones calcio
 2) la disminución de la permeabilidad a los iones potasio.
 Los canales de calcio activados por el voltaje se abren lentamente durante las fases 1 y 0, y el calcio entra en la célula. Después, los canales de potasio se cierran, y la combinación de una reducción en la salida de iones potasio y un aumento de la entrada de iones calcio lleva a que el potencial de acción alcance una meseta.
Fase 3 (repolarización rápida): los canales de calcio se cierran y los canales de potasio lentos se abren, el cierre de los canales iónicos de calcio y el aumento de la permeabilidad a los iones potasio, que permiten que los iones potasio salgan rápidamente de la célula, pone fin a la meseta y devuelve el potencial de membrana de la célula a su nivel de reposo.
Fase 4 (potencial de membrana de reposo) con valor medio aproximado de −90 mV.

   Velocidad de la conducción de las señales en el músculo cardíaco
La velocidad de la conducción de la señal del potencial de acción excitador a lo largo de las fibras musculares auriculares y ventriculares es de unos 0,3 a 0,5 m/s, o aproximadamente 1/250 de la velocidad en las fibras nerviosas grandes y en torno a 1/10 de la velocidad en las fibras musculares esqueléticas, la velocidad de conducción en el sistema especializado de conducción del corazón, en las fibras de Purkinje, es de hasta 4 m/s en la mayoría de las partes del sistema, lo que permite una conducción razonablemente rápida de la señal excitadora hacia las diferentes partes del corazón.

Período refractario del músculo cardíaco
El músculo cardíaco, al igual que todos los tejidos excitables, es refractario a la reestimulación durante el potencial de acción, por lo tanto el período refractario del corazón es el intervalo de tiempo, como se muestra en la parte izquierda de la figura 9-5, durante el cual un impulso cardíaco normal no puede reexcitar una zona ya excitada de músculo cardíaco.
El período refractario normal del ventrículo es de 0,25 a 0,30 s, que es aproximadamente la duración del potencial de acción en meseta prolongado. Hay un período refractario relativo adicional de aproximadamente 0,05 s, durante el cual es más difícil de lo normal excitar el músculo pero, sin embargo, se puede excitar con una señal excitadora muy intensa, como se demuestra por la contracción «prematura» temprana del segundo . El período refractario del músculo auricular es mucho más corto que el de los ventrículos (aproximadamente 0,15 s para las aurículas, en comparación con 0,25 a 0,30 s para los ventrículos).

Acoplamiento excitación-Contracción
     Se refiere al mecanismo mediante el cual el potencial de acción hace que las miofibrillas del músculo se contraigan. Al igual que en el músculo esquelético, cuando un potencial de acción pasa sobre la membrana del músculo cardíaco el potencial de acción se propaga hacia el interior de la fibra muscular cardíaca a lo largo de las membranas de los túbulos transversos (T). Los potenciales de acción de los túbulos T, a su vez, actúan sobre las membranas de los túbulos sarcoplásmicos longitudinales para producir la liberación de iones calcio hacia el sarcoplasma muscular desde el retículo sarcoplásmico. En algunas milésimas de segundo más estos iones calcio difunden hacia las miofibrillas y catalizan las reacciones químicas que favorecen el deslizamiento de los filamentos de actina y de miosina entre sí, lo que da lugar a la contracción muscular.
Hasta ahora este mecanismo de acoplamiento excitación-contracción es el mismo que el del músculo esquelético, aunque hay un segundo efecto que es bastante diferente. Además de los iones calcio que se liberan hacia el sarcoplasma desde las cisternas del retículo sarcoplásmico, también difunde una gran cantidad de iones calcio adicional hacia el sarcoplasma desde los propios túbulos T en el momento del potencial de acción, que abre los canales de calcio dependientes del voltaje a la membrana del túbulo T. El calcio que entra en la célula activa después los canales de liberación de calcio, también denominados canales de receptor de rianodina, en la membrana del retículo sarcoplásmico, para activar la liberación de calcio en el sarcoplasma.
     La fuerza de la contracción del músculo cardíaco depende en gran medida de la concentración de iones calcio en los líquidos extracelulares. De hecho, un corazón situado en una solución sin calcio dejará rápidamente de latir. La razón de esta respuesta es que las aberturas de los túbulos T atraviesan directamente la membrana de la célula muscular cardíaca hacia los espacios extracelulares que rodean las células, lo que permite que el mismo líquido extracelular que está en el intersticio del músculo cardíaco se introduzca en los túbulos T. En consecuencia, la cantidad de iones calcio en el sistema de los túbulos T (es decir, la disponibilidad de iones calcio para producir la contracción del músculo cardíaco) depende en gran medida de la concentración de iones calcio en el líquido extracelular. En cambio, la fuerza de la contracción del músculo esquelético apenas se ve afectada por cambios moderados de la concentración de calcio en el líquido extracelular porque la contracción del músculo esquelético está producida casi por completo por los iones calcio que son liberados por el retículo sarcoplásmico del interior de la propia fibra muscular esquelética.

 Ciclo cardiaco
Los fenómenos cardíacos que se producen desde el comienzo de un latido cardíaco hasta el comienzo del siguiente se denominan ciclo cardíaco.
Cuando hablamos de ciclo cardiaco podemos decir que es la secuencia de eventos eléctricos, mecánicos, sonoros y de presión relacionados con el flujo de sangre a través de las cavidades cardíacas.
Cada ciclo es iniciado por la generación espontánea de un potencial de acción en el nódulo sinusal,  este nódulo está localizado en la pared lateral de la aurícula derecha, cerca del orificio de la vena cava superior y el potencial de acción viaja rápidamente a través de ambas aurículas y ahí  a través del fascículo auroventricular a los ventrículos, permitiendo que las aurículas se contraigan antes de la contracción ventricular bombeando de esta manera sangre hacia los ventrículos antes de que comience la intensa contracción ventricular.
Por lo tanto, las aurículas actúan como bombas de cebado para los ventrículos, y los ventrículos a su vez proporcionan la principal fuente de potencia para mover la sangre a través del sistema vascular del cuerpo.
Cada ciclo cardiaco consta de 2 fases principales, un periodo de relajación que se denomina diástole, seguido de un período de contracción denominado sístole.

                 Diástole o fase de relajación:
Ocurre cuando las paredes musculares del corazón se relajan y se llenan de sangre, la sangre tras entregar el oxígeno a todo el cuerpo retorna al corazón y entra a ambas aurículas, a la aurícula derecha por la vena cava superior y a la aurícula izquierda por las venas pulmonares
Cuando el corazón está lleno nuestro marcapasos natural llamado nodo sinoauricular lanza impulsos que viajan por las paredes musculares y estimulan la contracción del corazón.

                           Sístole o fase de Contracción:
Es la fase más activa y potente del latido en ella los impulsos enviados por el nodo hacen que las gruesas paredes de los ventrículos se contraigan, esto aumenta la presión en ellos y hacen que se abran las válvulas aorticas y pulmonar y la fuerza a la sangre para entrar en las grandes arterias 
Ya que las válvulas aurículaventriculares permanecen cerradas, las paredes de los ventrículos se relajan y el corazón está listo para comenzar un nuevo latido.


El aumento de la frecuencia cardíaca reduce la duración del ciclo cardíaco
Cuando aumenta la frecuencia cardíaca, la duración de cada ciclo cardíaco disminuye incluidas las fases de contracción y relajación. La duración del potencial de acción y el período de contracción (sístole) también decrece, aunque no en un porcentaje tan elevado como en la fase de relajación (diástole).
Para una frecuencia cardíaca normal de 72 latidos/min, la sístole comprende aproximadamente 0,4 del ciclo cardíaco completo. Para una frecuencia cardíaca triple de lo normal, la sístole supone aproximadamente 0,65 del ciclo cardíaco completo. Esto significa que el corazón que late a una frecuencia muy rápida no permanece relajado el tiempo suficiente para permitir un llenado completo de las cámaras cardíacas antes de la siguiente contracción.

Relación del electrocardiograma con el ciclo cardíaco
En este electrocardiograma se muestran las ondas P, Q, R, S y T, que son los voltajes eléctricos que genera el corazón, y son registrados mediante el electrocardiógrafo desde la superficie del cuerpo.
La onda P está producida por la propagación de la despolarización en las aurículas, y es seguida por la contracción auricular, que produce una ligera elevación de la curva de presión auricular inmediatamente después de la onda P electrocardiográfica.
Aproximadamente 0,16 s después del inicio de la onda P, las ondas QRS aparecen como consecuencia de la despolarización eléctrica de los ventrículos, que inicia la contracción de los ventrículos y hace que comience a elevarse la presión ventricular.
Por tanto, el complejo QRS comienza un poco antes del inicio de la sístole ventricular.
Finalmente, la onda T ventricular representa la fase de repolarización de los ventrículos, cuando las fibras del músculo ventricular comienzan a relajarse.
Por tanto, la onda T se produce un poco antes del final de la contracción ventricular.

Función de las aurículas como bombas de cebado para los ventrículos
La sangre normalmente fluye de forma continua desde las grandes ventas hacia las aurículas; aproximadamente el 80% de la sangre fluye directamente a través de las aurículas hacia los ventrículos incluso antes de que se contraigan las aurículas. Después, la contracción auricular habitualmente produce un llenado de un 20% adicional de los ventrículos. Por tanto, las aurículas actúan como bombas de cebado que aumentan la eficacia del bombeo ventricular hasta un 20%. Sin embargo, el corazón puede seguir funcionando en la mayor parte de las condiciones incluso sin esta eficacia de un 20% adicional porque normalmente tiene la capacidad de bombear entre el 300 y el 400% más de sangre de la que necesita el cuerpo en reposo. Por tanto, cuando las aurículas dejan de funcionar es poco probable que se observe esta diferencia salvo que la persona haga un esfuerzo; en este caso de manera ocasional aparecen síntomas agudos de insuficiencia cardíaca, especialmente disnea.
Función de los ventrículos como bombas
Los ventrículos se llenan de sangre durante la diástole Durante la sístole ventricular se acumulan grandes cantidades de sangre en las aurículas derecha e izquierda porque las válvulas AV están cerradas. Por tanto, tan pronto como ha finalizado la sístole y las presiones ventriculares disminuyen de nuevo a sus valores diastólicos bajos, el aumento moderado de presión que se ha generado en las aurículas durante la sístole ventricular inmediatamente abre las válvulas AV y permite que la sangre fluya rápidamente hacia los ventrículos.                     

El período de llenado rápido dura aproximadamente el primer tercio de la diástole. Durante el tercio medio de la diástole normalmente solo fluye una pequeña cantidad de sangre hacia los ventrículos; esta es la sangre que continúa drenando hacia las aurículas desde las venas y que pasa a través de las aurículas directamente hacia los ventrículos. Durante el último tercio de la diástole las aurículas se contraen y aportan un impulso adicional al flujo de entrada de sangre hacia los ventrículos. Este mecanismo es responsable de aproximadamente el 20% del llenado de los ventrículos durante cada ciclo cardíaco.
¿Cómo funcionan las válvulas del corazón?
A la vez que el músculo del corazón se contrae y se relaja, las válvulas se abren y se cierran, permitiendo, alternativamente, que el flujo sanguíneo entre en los ventrículos y en los atrios. A continuación, explicamos paso a paso cómo funcionan normalmente las válvulas del ventrículo izquierdo:
·         Tras la contracción del ventrículo izquierdo, la válvula aórtica se cierra y la válvula mitral se abre, para permitir que la sangre pase desde el atrio izquierdo hasta el ventrículo izquierdo.
  • Cuando se contrae el atrio izquierdo, pasa más sangre al ventrículo izquierdo.
  • Cuando el ventrículo izquierdo se contrae, la válvula mitral se cierra y la válvula aórtica se abre, para que la sangre fluya hacia la aorta.
Curva de presión aórtica
Cuando el ventrículo izquierdo se contrae, la presión ventricular aumenta rápidamente hasta que se abre la válvula aórtica. Posteriormente, después de que se haya abierto la válvula, la presión del ventrículo aumenta mucho menos rápidamente, porque la sangre sale inmediatamente del ventrículo hacia la aorta y después hacia las arterias de distribución sistémica. La entrada de sangre en las arterias hace que las paredes de las mismas se distiendan y que la presión aumente hasta aproximadamente 120 mmHg. Después, al final de la sístole, después de que el ventrículo izquierdo haya dejado de impulsar sangre y se haya cerrado la válvula aórtica, las paredes elásticas de las arterias mantienen una presión elevada en las arterias, incluso durante la diástole.

Se produce la denominada incisura en la curva de presión aórtica cuando se cierra la válvula aórtica; está producida por un corto período de flujo retrógrado de sangre inmediatamente antes del cierre de la válvula, seguido por la interrupción súbita del flujo retrógrado. Después de que se haya cerrado la válvula aórtica, la presión en el interior de la aorta disminuye lentamente durante toda la sístole porque la sangre que está almacenada en las arterias elásticas distendidas fluye continuamente a través de los vasos periféricos de nuevo hacia las venas. Antes de que se contraiga de nuevo el ventrículo, la presión aórtica habitualmente ha disminuido hasta aproximadamente 80 mmHg (presión diastólica), que es dos tercios de la presión máxima de 120 mmHg (presión sistólica) que se produce en la aorta durante la contracción ventricular. Las curvas de presión del ventrículo derecho y de la arteria pulmonar son similares a las de la aorta, excepto que las presiones tienen una magnitud de sólo aproximadamente 1/6.

Relación de los tonos cardíacos con el bombeo cardíaco
Cuando se ausculta el corazón con un estetoscopio no se oye la apertura
de las válvulas porque este es un proceso relativamente lento que normalmente no hace ruido. Sin embargo, cuando las válvulas se cierran los velos de las válvulas y los líquidos circundantes vibran bajo la influencia de los cambios súbitos de presión, generando un sonido que viaja en todas las direcciones a través del tórax.
Cuando se contraen los ventrículos primero se oye un ruido que está producido por el cierre de las válvulas AV, la vibración tiene un tono bajo y es relativamente prolongada y se conoce como el primer tono cardíaco, cuando se cierran las válvulas aórtica y pulmonar al final de la sístole se oye un golpe seco y rápido porque estas válvulas se cierran rápidamente y los líquidos circundantes vibran durante un período corto, este sonido se denomina segundo tono cardíaco.

Generación de trabajo del corazón
El trabajo sistólico del corazón es la cantidad de energía que el corazón convierte en trabajo durante cada latido cardíaco mientras bombea sangre hacia las arterias. El trabajo minuto es la cantidad total de energía que se convierte en trabajo en 1 min; este parámetro es igual al trabajo sistólico multiplicado por la frecuencia cardíaca por minuto. El trabajo del corazón se utiliza de dos maneras. Primero, la mayor proporción se utiliza, con mucho, para mover la sangre desde las venas de baja presión hacia las arterias de alta presión. Esto se denomina trabajo volumen-presión o trabajo externo. Segundo, una pequeña proporción de la energía se utiliza para acelerar la sangre hasta su velocidad de eyección a través de las válvulas aórtica y pulmonar, que es el componente de energía cinética del flujo sanguíneo del trabajo cardíaco. El trabajo externo del ventrículo derecho es normalmente de alrededor de la sexta parte del trabajo del ventrículo izquierdo debido a la diferencia de seis veces de las presiones sistólicas que bombean los dos ventrículos. El trabajo adicional de cada uno de los ventrículos necesario para generar la energía cinética del flujo sanguíneo es proporcional a la masa de sangre que se expulsa multiplicada por el cuadrado de la velocidad de eyección.
Habitualmente el trabajo del ventrículo izquierdo necesario para crear la energía cinética del flujo sanguíneo es de solo un 1% del trabajo total del ventrículo y, por tanto, se ignora en el cálculo del trabajo sistólico total. Sin embargo, en ciertas situaciones anormales, como en la estenosis aórtica, en la que la sangre fluye con una gran velocidad a través de la válvula estenosada, puede ser necesario más del 50% del trabajo total para generar la energía cinética del flujo sanguíneo. 

Energía química requerida para la contracción cardíaca: utilización de oxígeno para el corazón.

El musculo cardíaco utiliza energía química para hacer el trabajo de contracción esta energía deriva principalmente del metabolismo oxidativo de los ácidos grasos, y en menor medida de otros nutrientes especialmente lactato y glucosa;
Por ejemplo (la energía es necesaria para la actividad muscular) todos los alimentos energéticos  hidratos de carbono, grasa y proteínas pueden ser oxidados en la célula y en este proceso se liberan grandes cantidades de energía. La cantidad de energía por la oxidación completa de un alimento, se llama "ENERGÍA LIBERADA" por tanto la tasa de consumo de oxigeno por el corazón es una medida excelente de la energía química liberada.

Regulación del bombeo cardíaco.
Cuando una persona está en reposo su corazón bombea de 4 a 6 L por minutos, durante el ejercicio intenso se puede exigir que bombee de cuatro a siete veces esa cantidad. Ejemplo: el sistema nervioso durante el ejercicio emite otras señales para ele
var la presión arterial por encima de lo normal y conseguir un aumento del gasto cardíaco controlado a su vez por el retorno venoso. Quiere decir que no es el corazón mismo el controlador principal de gasto cardíaco, por el contrario son los factores de circulación periférica denominado "RETORNO VENOSO".

Regulación intrínseca del bombeo Cardiaco: Mecanismo de Frank Starling
La cantidad de sangre bombeada por el corazón cada minuto está determinada casi en su totalidad por el flujo de sangre procedente de las venas al corazón, que se denomina retorno venoso. Es decir, cada tejido periférico del organismo controla su propio flujo sanguíneo, y el total de todos los flujos sanguíneos locales a través de todos los tejidos periféricos que regresan por las venas a la aurícula derecha. El corazón a su vez, bombea automáticamente a las arterias sistemáticas esta sangre que llega, de forma que puede volver a fluir por el circuito. Esta capacidad intrínseca del corazón de adaptarse a volúmenes de sangre que fluyen se denominan mecanismo cardiaco de Frank Starling en honor a dos grandes fisiólogos de hace un siglo, básicamente este mecanismo significa que cuando más se distiende el musculo cardiaco durante el llenado mayor es la fuerza de contracción y mayor la cantidad de sangre bombeada a la aorta.
Otra forma de expresarlo es: dentro de los limites fisiológicos, el corazón bombea toda la sangre sin permitir que se remance  una cantidad excesiva en las venas.

Explicación del mecanismo de Frank Starling
Cuando llega a los ventrículos una cantidad adicional de sangre, el propio musculo cardiaco se distiende  a una longitud mayor. Esto hace que el musculo se contraiga con mayor fuerza debido a que los filamentos de actina y miosina son llevados a un grado casi óptimo de interdigitacion para generar la fuerza, por tanto el ventrículo a causa del aumento de bombeo propulsa de forma automática la sangre adicional a las arterias. Está capacidad del musculo de distenderse hasta esa longitud y de contraerse con más fuerzas es característica de todo el musculo estriado.
Existe otro factor que aumenta el bombeo cardio cuando su volumen se incrementa la instancia de pared auricular derecha aumenta directamente la frecuencia cardiaca de un 10 a un 20% .También esto contribuye a aumentar la cantidad del bombeo de sangre por minuto, aunque su contribución es mucho menor a la del mecanismo de Frank Starling.

Efecto de los iones potasio y calcio sobre la función cardíaca.
Al estudiar los potenciales de membrana, se señaló que los iones potasio tienen un llamativo efecto sobre los potenciales de membrana y los potenciales de acción, y que los que los iones calcio desempeñan un papel especialmente importante en la activación del proceso contráctil muscular. Por tanto, cabe esperar que las concentraciones de estos dos iones en el líquido extracelular tengan también importantes efectos sobe el bombeo cardíaco.

Efecto de los iones potasio
El exceso de potasio en los líquidos extracelulares hace que el corazón se dilate y quede flácido, y que también disminuya la frecuencia cardíaca. Las cantidades grandes pueden también bloquear la conducción del impulso cardíaco de las aurículas a los ventrículos a través del haz A-V. La elevación de la concentración de potasio a tan solo 8 a 12 mEq/L (de dos a tres veces el valor normal), puede causar esta debilidad del corazón y un ritmo anormal tales que pueden causar la muerte.
Estos efectos son producidos en parte porque si existe una concentración elevada de potasio en los líquidos extracelulares, disminuye el potencial de membrana de reposo de las fibras musculares cardíacas. A medida que disminuye el potencial de membrana, decrece también la intensidad del potencial de acción, lo que debilita progresivamente la contracción cardíaca.
Efecto de los iones de calcio
 El exceso de iones calcio produce efectos casi exactamente opuestos a los de los iones de potasio, haciendo que el corazón caiga en una contracción espástica. Esto se debe al efecto directo de los iones calcio de excitación del proceso contráctil cardíaco. A la inversa, el déficit de iones calcio causa flacidez cardíaca, similar al efecto del potasio elevado. Afortunadamente, los niveles sanguíneos de calcio iónico, están normalmente regulados en una banda muy estrecha, por lo que estos efectos cardíacos de las concentraciones anormales de calcio rara vez constituyen un motivo de preocupación en la clínica.

Efecto de la temperatura sobre la función cardíaca
El aumento de la temperatura, como el que ocurre cuando existe fiebre, causa un gran incremento de la frecuencia cardíaca, a veces hasta el doble de la normal. La disminución de la temperatura produce grandes descensos de la frecuencia cardíaca, cayendo a tan solo unos pocos latidos por minuto cuando la persona se encuentra cerca de la muerte por hipotermia, a temperaturas de 15.5 a 21.1 °C  (60 a 70 °F). Presumiblemente estos efectos son consecuencia de que el calor aumenta la permeabilidad de la membrana muscular cardíaca a los iones controladores, lo cual tiene como consecuencia una aceleración del proceso de autoexcitación.
La fuerza contráctil del corazón con frecuencia resulta temporalmente potenciada por un aumento moderado de la temperatura, pero una elevación prolongada de la temperatura agota los sistemas metabólicos del corazón y causa debilidad. Por ello la función óptima del corazón depende en gran medida de un control adecuado de la temperatura corporal por los mecanismos termorreguladores.